Inicios y dilemas de una cosplayer

Inicios y dilemas de una cosplayer
Lara Croft del videojuego Tomb Raider 2013

Si eres fan del cosplay, eres cosplayer o estás pensando en serlo, en este artículo te contaré cómo partí en el mundo del cosplay y algunos de los obstáculos que enfrenté en mis inicios.

Pese a que en Latinoamérica esta actividad cada vez toma más fuerza, aún hay mucho desconocimiento sobre cómo desarrollarla, por eso te cuento mi experiencia, para que te motives y evites los errores que me pasaron 😉.

Chun-Li: El punto de partida

Una fiesta de disfraces para celebrar mis dulces 23 🥳 marcó mi inicio como cosplayer. El personaje elegido para la ocasión: Chun-Li 🐉de Street Fighter. La fabricación del traje estuvo a cargo de una tía y, pese a que no es una experta en diseño de vestuario, quedó la raja. ¿Te gusta?

Mi primer cosplay, como Chun-li de Street Fighter en el 2013.

El día del evento estuvo en llamas 🔥 y mi caracterización causó furor .

Tiempo después, me volví a vestir de Bella Primavera (esa sería más o menos la traducción de Chun-Li) para asistir a la Comic Con de Chile. Fue súper bien recibido, no podía caminar por la cantidad de fotos 📷 que me pedían y varias personas me comentaron que Chun-Li era su personaje favorito, su heroína.

En ese entonces, no pensaba en convertirme en cosplayer, pero me gustó sentir el reconocimiento de las personas y ver su reacción de felicidad 😃 cuando me veían como el personaje.

Para dedicarse al cosplay hay que invertir mucho tiempo y, en ese momento de mi vida, era un activo escaso. Así es que me olvidé un rato de mi lindo traje y me concentré en terminar mis carreras (ingeniería civil industrial y bioingeniería).

Afortunadamente, el impacto de mi caracterización como Chun-Li dejó huella y a finales del 2015 un organizador de eventos para gamers, me pidió que participara de uno de sus shows, que incluía un concurso de cosplay.

Sin querer queriendo me convertí en la ganadora del concurso, lo cual reactivó mi interés en el cosplay.

El 2016 me dediqué full a recrear nuevos personajes, hice uno nada fácil (Zelda 👸 de Twilight Princess), y participé en diversos eventos como Festigame y la Comic Con. Pronto, me comenzaron a invitar a eventos, primero en Santiago, luego a regiones y a Argentina.

Nada fue muy planeado, todo esto fue tomando su propio rumbo y cada vez fui profesionalizando este arte. Aunque ser cosplayer está  súper relacionado con mi trabajo, aún lo considero como un hobby.

Esta imagen retrata mi avance como cosplayer. Aquí, como Zelda en el 2016 versus 2020.

Dilema 1: ¿cobrar o no cobrar?

Al recordar mis inicios, me parece increíble, pero cuando recibía las primeras invitaciones a eventos, no sabía cómo abordarlas.

Fue todo un descubrimiento para mí y no conocía otras experiencias. Por lo tanto, en muchas ocasiones tuve que correr con todos los gastos 💰 no sabía si podía pedir almuerzo o si la organización costeaba el traslado o si es que, derechamente, pagaban por asistir.

Lamentablemente, creo que la cultura cosplay funciona así: muchas personas participan porque les gusta, pero no para recibir dinero a cambio. Postura que comparto en algunos casos, pero no cuando se trata de grandes productoras que lucran con este negocio y te usan como rostro para atraer más público. Y tú, ¿qué piensas?

Por eso es importante que tengas claro quién te invita, para negociar con claridad. No tengas miedo de cobrar por tu trabajo, sobre todo cuando destinas horas de tu valioso tiempo.

Protip: Haz canje y conviérte en turista.

En ocasiones me han invitado a eventos en los que no pagan y son en lugares que no conozco. Cuando esto pasa y realmente quiero hacer turismo en esa ciudad, negocio con los organizadores para que corran con todos los gastos: pasajes, traslado, hospedaje y alimentación.

Como me gusta viajar y conocer nuevos lugares, ¡me doy por pagada!

Si manejas estas diferencias desde un principio, te ahorrarás malas experiencias. Desafortunadamente, yo no tenía claro que debía exigir ciertas cosas y aprendí a valorizar mi tiempo, sobre la marcha.

Dilema 2: cómo optimizar los trajes

Desde que partí como cosplayer, con la ayuda de mi tía, me di cuenta que es difícil dejar en manos de otros algo que es tan preciado para ti. En contadas ocasiones recibí trajes tal como los visualizaba en mi mente, por eso intenté probar suerte con una cosmaker.

El resultado tampoco fue el esperado, así es que decidí comprarme una máquina de coser y, a punta de tutorial en YouTube, empecé a fabricar mis propios cosplays. Los accesorios, como armas que son más complejas, los mando a hacer, pero los trajes corren por mi cuenta.

Para mí, lo ideal es hacer un cosplay al mes. Así trabajé el 2018, año que estuve full activa. Aunque ahora me ha costado seguir ese ritmo, intento sacar un nuevo personaje cada dos meses.

Debes considerar que algunos personajes requieren mayor dedicación. Por ejemplo, ahora estoy trabajando en Samus, y sólo en los zapatos 👠 me demoré un mes, porque los hice casi desde cero.

Las pelucas también requieren un manejo especial, si bien éstas se compran, después hay que hacerles un tratamiento, estilizarlas, para que queden lo más parecido al cabello del personaje.

En mi caso, YouTube ha sido mi gran aliado para aprender a cómo perfeccionar el maquillaje y sacarle el máximo provecho a mi maquinita de coser.

Dilema 3: ¿hobby o trabajo?

Como les contaba más arriba, no considero mi carrera como cosplayer como un trabajo, sin embargo, gracias a ella y a mi fisecta (comunidad) logré conseguir increíbles oportunidades laborales.

Uno de ellos es en Nexoplay, un canal de contenido digital, donde hago streaming y leo noticias 📺

En ese mismo espacio conocí a los fundadores de eSponsor, quienes me invitaron a colaborar en este proyecto, para ayudar a que más cosplayers moneticen su contenido con esta plataforma.

Cada like 👍 comentario y foto compartida ayuda a que más personas se interesen en lo que hago, lo que también despierta el interés de empresas.

Compañías como Acer, me han contactado para participar en eventos y emprendimientos más pequeños también se han interesado en trabajar conmigo. Además, me han llamado para lanzamientos de videojuegos, he hecho múltiples comisiones con marcas y he participado como jurado en concursos de cosplayers.

En definitiva, si bien ser cosplayer no es mi trabajo principal, está ligado con lo que hago actualmente y me permite realizar eventos de manera esporádica y ganar unos pesos extras.

Si aún no sabes si quieres dedicarte a esto como un hobby o a tiempo completo, lo importante es que tengas claro tus objetivos, que seas constante y que hagas tus cosplay con mucho amor 💓

Cualquiera sea la opción que elijas, lo más seguro es que te pasen cosas increíbles. Yo he conocido a buenísimos amigos, que mantengo hasta el día de hoy, quienes me han apoyado y ayudado a mejorar cada día más 🤗